Para los amantes de los animales, la idea de que el mejor amigo del hombre puede sentir nuestro dolor no tiene dudas. Ahora una investigación está dando mayor peso a esta idea.
“Los perros son capaces de distinguir entre un lloro y un tarareo lo que indica que su respuesta no es motivada por la curiosidad”.”El llanto parece que afecta más a los perros creando mayores emociones en ellos, provoca una respuesta más grande en relación con el habla o cualquier tarareo”, explicaba la doctora Deborah Custance, de la Universidad de Goldsmiths en Londres.
Las doctoras Deborah Custance y Mayer Jennifer, ambas del departamento de Psicología de la Universidad de Goldsmiths, desarrollaron un procedimiento innovador para examinar si los perros domésticos podrían identificar y responder a las emociones de los seres humanos.
Dieciocho perros de diferentes edades y razas participaron en un test en el que también participaron los familiares de los animales y gente extraña. Durante unos 20 segundos empezaron a simular que estaban llorando o hablando una conversación normal, sorprendentemente los perros reaccionaban antes ante los estímulos de llanto que cuando la persona estaba hablando, acercándose a las personas que lloraban como para intentar iniciar un contacto físico.
La mayoría de los perros del estudio respondieron a la persona que lloraba de una manera sumisa para intentar reconfortarla. Ningún perro respondió al hecho de que la persona estuviera hablando.
Otra de las cosas interesantes que descubrió el estudio es que los perros respondían a la persona que estaba llorando, independientemente de si se trataba de su propietario o de una persona desconocida. “No se encontraron preferencias. Los perros se acercaron a quienes estaban llorando, independientemente de su identidad. Estaban respondiendo a las emociones de la persona no a sus propias necesidades, demostrando que sienten el dolor de las personas y buscan aliviarlo.
“Los perros son capaces de distinguir entre un lloro y un tarareo lo que indica que su respuesta no es motivada por la curiosidad”.”El llanto parece que afecta más a los perros creando mayores emociones en ellos, provoca una respuesta más grande en relación con el habla o cualquier tarareo”, explicaba la doctora Deborah Custance, de la Universidad de Goldsmiths en Londres.
Las doctoras Deborah Custance y Mayer Jennifer, ambas del departamento de Psicología de la Universidad de Goldsmiths, desarrollaron un procedimiento innovador para examinar si los perros domésticos podrían identificar y responder a las emociones de los seres humanos.
Dieciocho perros de diferentes edades y razas participaron en un test en el que también participaron los familiares de los animales y gente extraña. Durante unos 20 segundos empezaron a simular que estaban llorando o hablando una conversación normal, sorprendentemente los perros reaccionaban antes ante los estímulos de llanto que cuando la persona estaba hablando, acercándose a las personas que lloraban como para intentar iniciar un contacto físico.
La mayoría de los perros del estudio respondieron a la persona que lloraba de una manera sumisa para intentar reconfortarla. Ningún perro respondió al hecho de que la persona estuviera hablando.
Otra de las cosas interesantes que descubrió el estudio es que los perros respondían a la persona que estaba llorando, independientemente de si se trataba de su propietario o de una persona desconocida. “No se encontraron preferencias. Los perros se acercaron a quienes estaban llorando, independientemente de su identidad. Estaban respondiendo a las emociones de la persona no a sus propias necesidades, demostrando que sienten el dolor de las personas y buscan aliviarlo.