lunes, 1 de diciembre de 2014

Se extiende la peligrosa moda de tener mascotas exóticas en España

De mapaches a cerdos vietnamitas

 TeInteresa.com

Los compradores, que llegan a gastar hasta 3.000 euros 'por bicho' generalmente desconocen cómo cuidar a estos animales.

Un solo mapache es capaz de acabar con todo competidor autóctono en una superficie como el parque del Oeste de Madrid.




Hay quien no se conforma con tener en casa un perro o un gato. Y es que de un tiempo a esta parte tener un hamster en casa parece totalmente pasado de moda hasta el punto de que las mascotas exóticas se han multiplicado. Pero no sólo dentro de los hogares, también, lamentablemente, en los ricos ecosistemas de nuestro país, poniendo así en peligro la biodiversidad de nuestro país y causando graves perjuicios económicos.

Llegan las fechas navideñas e iguanas, guacamayos, mapaches, cerdos vietnamitas, serpientes, arañas gigantes, cocodrilos y hasta tiburones se adquieren como regalo navideño. Diferentes asociaciones advierten del peligro de la adquisición "irresponsable" de mascotas exóticas durante la Navidad, que meses después son abandonadas porque sus propietarios. Los nuevos propietarios "se dan cuenta muy rápido de que su guacamayo de alas azules está perdiendo su plumaje por estar en una jaula de diminutas proporciones o de que la habitación del niño huele mal si no se le cambia el aserrín a la caja del conejito todos los días", según los veterinarios. Algunos casos tardan más en evidenciarse, como las iguanas, que en cinco años alcanzan los dos metros de longitud, o el de los caimanes, que en un periodo similar pueden pasar a convertirse en los inquilinos de la bañera familiar.

Dar alpiste a un ave rapaz, alimentar a una piraña con el hamster al que aludíamos en líneas precedentes o sacar a un cerdo vietnámita a pasear con correa puede parecer muy tentador, incluso divertido, pero sus cuidados -y peligros- exceden con mucho las posibilidades del ámbito doméstico. Como muestra, tres ejemplos: los cerdos asiáticos -recientemente incluídos en el Catálogo de Especies Exóticas Invasoras del Ministerio de Medio Ambiente- de lechones pesan un kilo pero cuando crecen alcanzan un los 70 kilogramos.

O los lindos mapaches. Tan sólo uno de ellos es capaz de acabar con todo competidor autóctono en una superficie como el parque del Oeste de Madrid y transmistir patologías como la rabia, el moquillo o el parvovirus. Un 'mapachito' resulta dócil pero al crecer se vuelve extraordinariamente agresivo. También es cuestión de olfato: Los galápagos de Florida que alcanzan los tres kilos de peso y desprenden un olor nauseabundo.

Los compradores, que llegan a gastar hasta 3.000 euros 'por bicho' generalmente desconocen cómo cuidar a estos animales. Tampoco piensan en que tenerlos en casa cuesta mucho dinero. Quizás ésta sea la razón por la que abandonan a sus exóticas mascotas en cualquier paraje sin saber que así amenazan a todo un ecosistema. El Centro de Recuperación de Fauna de la Comunidad de Madrid tuvo que emplearse a fondo para cazar una avestruz corriendo por la M-501 de Madrid.

Pero no sólo eso. Algunos multimillonarios -o directamente insensatos- se plantean tener a tigres o leones como mascotas (como la célebre cría de cocodrilo "Furia" que el Tigre Arkan regaló a Jesús Gil). Lo curioso es que a pesar de su potencial peligro, estos felinos no están incluídos en el catálogo de especies exóticas invasoras. Hay quien piensa que el sentido común es suficiente pero los hechos demuestran que no es así.

En definitiva, los animales exóticos como artrópodos, peces y anfibios —todas cuya mordedura infeccisa o venenosa puedan suponer un riesgo para a salud de las personas—, reptiles —especies venenosas, cocodrilos y caimanes, y especies que de adultos superen los 2 kilos de peso—, y todos los primates, además de las especies silvestres que en estado adulto superen los 10 kilos de peso, o los 5 en el caso de especies carnívoras, deben vivir en libertad, en un parque zoológico o en un circo.

Si las tienes en casa, en un descuido puedes ser su desayuno. O morir envenenado. Si las suelta en el campo pueden acabar siendo los auténticos 'reyes de la jungla'. Al fin y al cabo el perro es el mejor amigo del hombre. Con permiso del gato. Y un pececito en su pecera tampoco hace daño a nadie. 


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