Autor: Por CAROLINA PINEDO- consumereroski
A menudo, el perro rechaza pastillas, jarabes, gotas, pomadas y, en ocasiones, inyecciones. Para los dueños, conseguir que su perro ingiera la medicación puede convertirse en un quebradero de cabeza. Pero hay algunos trucos que facilitan la aplicación de los tratamientos médicos con el perro en casa.
Dar medicamentos al perro y los premios
Los perros tienen mucha habilidad para no tragar y escupir con rapidez algo que no les gusta, así que hay que asegurarse de que toma el tratamiento.
El hecho de que el perro asocie desde cachorro los premios con el acto de colaborar en la toma de medicación puede ayudar a que se muestre menos reacio a la ingesta de medicamentos en casa. Si cuando se porta bien le damos un premio, ya sea una galletita canina o su juguete preferido, y siempre le felicitamos por lo bien que lo ha hecho, se mostrará más colaborador con la toma de medicación en casa.
Los perros tienen gran habilidad para escupir las pastillas. Las esconden debajo de la lengua y el dueño puede creer que las ha tragado, cuando no es así. Hay maneras de facilitar la administración de los medicamentos en casa, pero siempre bajo supervisión veterinaria:
Esconder la pastilla dentro de un trozo de comida que le guste especialmente. Si el comprimido es muy grande, se puede dividir en dos partes. También se puede machacar hasta convertirlo en polvo y mezclarlo con un alimento.
Los jarabes se pueden administrar con una jeringuilla sin aguja. Se coloca en un lateral, detrás de los dientes, y se inyecta el contenido.
En el caso de los polvos, es más difícil que los escupa porque se quedarán adheridos a la boca. Se le pueden dar directamente o mezclarlos con algún alimento.
Las gotas oculares son más engorrosas de aplicar. Hay que sujetar bien la cabeza del perro y abrirle con cuidado los párpados para dejar caer las gotas. Si se puede contar con la ayuda de alguien, será más sencillo.
Los oídos son muy delicados. Hay que sujetar la cabeza del perro, de manera que quede ladeada. Tras echar la gota, se puede masajear en la base del oído con suavidad. De esta forma, el líquido se extiende por el conducto auditivo.
Cuando haya que aplicar pomadas y cremas, antes se debe despejar el pelo de la zona y limpiarla para evitar infecciones. El perro no debe rascarse ni lamerse, por lo que conviene colocar una gasa.
Su instinto de supervivencia les marca rechazar sustancias de sabores extraños, que no son su alimento habitual. Y, por supuesto, ellos no entienden que un medicamento sirva para curarse. Sí recuerdan que tras ese esfuerzo viene una experiencia positiva (premio, felicitación), lo cual les motiva para que intenten abrir la boca para tomar el medicamento.
En las consultas veterinarias también se cuenta con los denominados collares isabelinos, que rodean el cuello del perro, de forma que le impiden tocar o lamer cualquier zona del cuerpo. El veterinario puede facilitar uno durante unos días para evitar que el perro se lama.
Poner el termómetro al perro
En general, el perro tampoco se muestra muy colaborador en el momento de tomarle la temperatura corporal. Hay que utilizar un termómetro de lectura rápida y material que no se pueda romper. La temperatura rectal es la más fiable. Se introduce el extremo y se espera treinta segundos o hasta que suene la señal acústica. Al terminar, se desinfecta el termómetro con un algodón humedecido en alcohol y se anota el día, hora y resultado. A las hembras, se les puede tomar la temperatura corporal a través del orificio de la vagina.
Si hay que hacer un seguimiento de varios días, es recomendable hacerlo cada seis u ocho horas y antes de la comida. Durante la digestión, la temperatura corporal varía. No hay que olvidar acudir al veterinario para que supervise las actuaciones que haya que hacer desde casa.
A las hembras, se les puede tomar la temperatura corporal a través del orificio de la vagina
Botiquín de primeros auxilios para el perro
Es recomendable tener a mano un botiquín con los utensilios necesarios para actuar con eficacia en caso de emergencia. No hay que olvidar tener en casa utensilios como:
Guantes de goma estériles.
Tijeras.
Goma elástica para torniquetes.
Una solución antiséptica.
Férulas para poder entablillar.
Esparadrapo.
Termómetro clínico.
Pinzas.
Algodón, agua oxigenada, alcohol y gasas.
No olvidemos tener siempre el teléfono de urgencias del veterinario
Lo recomendable en caso de accidentes y emergencias es acudir al veterinario para que atienda al perro, pero siempre ayuda tener ciertos conocimientos sobre primeros auxilios. Es posible que haya que seguir las instrucciones del veterinario vía telefónica para poder actuar de manera eficaz y rápida, por lo que unos primeros conocimientos en este sentido ayudan a mantener la calma y a salvar la situación.
Lo recomendable en caso de accidentes y emergencias es acudir al veterinario para que atienda al perro, pero siempre ayuda tener ciertos conocimientos sobre primeros auxilios. Es posible que haya que seguir las instrucciones del veterinario vía telefónica para poder actuar de manera eficaz y rápida, por lo que unos primeros conocimientos en este sentido ayudan a mantener la calma y a salvar la situación.
Consejos
Acostumbrar desde cachorro al perro a que tomar medicamentos en casa es una norma que se debe cumplir.
Dejar que se acerque al botiquín y los medicamentos para que se familiarice con ellos.
Reforzar siempre con premios y felicitaciones su actitud de colaboración para tomar medicamentos.
Frente a cualquier duda referente a la administración de medicamentos en casa con el perro, consultar con el veterinario.
Mantener los medicamentos fuera del alcance del perro, sobre todo, si es un cachorro.
Acostumbrar desde cachorro al perro a que tomar medicamentos en casa es una norma que se debe cumplir.
Dejar que se acerque al botiquín y los medicamentos para que se familiarice con ellos.
Reforzar siempre con premios y felicitaciones su actitud de colaboración para tomar medicamentos.
Frente a cualquier duda referente a la administración de medicamentos en casa con el perro, consultar con el veterinario.
Mantener los medicamentos fuera del alcance del perro, sobre todo, si es un cachorro.
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