La temperatura corporal está determinada por los equilibrios entre la producción y la pérdida de calor.
La única forma fiable de conocer la temperatura de nuestro perro es mediante el uso de un termómetro.
En demasiadas ocasiones los propietarios acuden a las clínicas veterinarias argumentando que su perro está malo, que tiene fiebre, porque tiene la nariz (trufa) caliente y seca…
Esta forma de valorar la temperatura corporal es totalmente inexacta y conduce a errores y preocupaciones innecesarias.
Para entender un poco mejor a que se deben los cambios de temperatura de nuestro perro y las bondades del uso del termómetro, tengamos muy en cuenta los siguientes puntos:
- La producción de calor en el organismo es el resultado de procesos metabólicos básicos, de la asimilación del alimento, de la actividad muscular, de la secreción de ciertas hormonas…
- El calor se pierde por irradiación, por conducción y por la evaporación de agua a través de las vías respiratorias y de la piel; también se pierden pequeñas cantidades de calor por las heces y por la orina.
- Las distintas partes del cuerpo presentan temperaturas distintas, debido, principalmente, a la temperatura ambiental.
- La temperatura rectal es la más representativa de la temperatura en el interior del cuerpo y también es la más estable.
- La temperatura corporal está sometida a variaciones normales: aumenta durante el día y desciende por la noche. El esfuerzo, la excitación y la exposición prolongada a ambientes cálidos o húmedos, también aumenta la temperatura.
- También se producen disminuciones de temperatura normales con clima frió y antes de la ovulación.
- Los animales jóvenes tienen mayores variaciones de temperatura que los adultos, con mayores fluctuaciones diurnas.
La temperatura rectal del perro es de 39 grados centígrados, con una variación “aceptable” de 0,5 por encima o por debajo
El uso del termómetro (de uso único y exclusivo para el animal) se realiza por vía rectal (por el ano); es recomendable el uso de termómetros digitales, son más rápidos y mucho más precisos.
Los termómetros de medición de temperatura vía auricular (muy utilizados en niños), no dan buenos resultados en los perros por la incomodidad que producen al animal y por la escasa fiabilidad por su incorrecto uso.
Ante un incremento de la temperatura, NUNCA administraremos tratamiento alguno sin consultar al veterinario.
Autor: Carlos Rodríguez
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