sábado, 3 de mayo de 2014

Las mascotas liberan la hormona del amor cuando se encuentran con sus dueños

 Un estudio científico determina que los animales son capaces de amar



Investigadores de la Universidad de Claremont han analizado a un grupo de perros y otro de gatos para determinar sus valores de oxitocina, también llamada hormona del amor, cuando se encuentran en compañía de sus dueños. El objetivo ha sido evaluar si los animales domesticados reaccionan químicamente al estímulo que supone el vínculo con los humanos. El periódico digital americano The Atlantic recoge el estudio.

Los perros mueven la cola y levantan sus patas delanteras, los gatos ronronean y se revuelcan de placer por el suelo cuando su dueño hace entrada por la puerta. Ellos son así, sin condiciones, sin rencores, sin odios. Las mascotas, además de animales de compañía, suelen ser, muchas veces, un miembro más de la familia. Un estudio científico realizado por la Universidad de Claremonten en Arkansas ha demostrado que además de ganarse nuestro afecto por sus actos y capacidades, también se lo ganan gracias a la liberación de la hormona oxitocina, la llamada hormona del amor. “Que los animales de diferentes especies induzcan la liberación de oxitocina sugiere que ellos, como nosotros, pueden ser capaces de amar”, explica Paul Zack, científico que ha liderado el estudio.

El estudio, que consta de dos partes, ha sido tan sencillo de realizar como concreto en sus conclusiones. Los científicos de Claremonten recogieron muestras de perros y gatos antes y después de encontrarse con sus dueños. Los resultados, que desde luego no provocan mucha sorpresa, contrastan las apariencias: tras la llegada de los amos, los niveles de oxitocina se incrementaron y además en valores parecidos en ambos animales –los perros algo mayor-. En concreto, los canes elevaron un 48% más el valor de esta hormona. “La única vez que he visto un rápido aumento de la oxitocina en humanos es cuando alguien ve a un ser amado, se siente atraído por alguien o muestra una enorme bondad”, explica Zack.

La otra parte de la investigación consiste en analizar la sangre de los dueños después de pasar quince minutos jugando con sus mascotas. Los resultados mostraron incrementos entre un 10 y un 50%, igual que cuando las personas se relacionan con otras personas en un entorno agradable. El científico cuenta en The Atlantic que ese vínculo que se genera gracias a la acción de la oxitocina “podría explicar por qué las personas gastan miles de dólares en tratar a un animal de compañía en lugar de practicar la eutanasia y obtener un nuevo animal”.

Este mismo investigador ha llevado a cabo numerosos estudios sobre la inducción de la oxitocina que, por cierto, se segrega en dos personas cuando una de ellas se expresa de forma amable.
ideal.es

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