jueves, 29 de enero de 2015

¿Realmente son peligrosos los gatos en el embarazo?

 
gatos y embarazadas
wetribe / Flickr

Durante el embarazo, las mujeres tienen muchas restricciones. Los médicos recomiendan que no ingieran determinados alimentos por las bacterias que pueden transmitir a la mujer y, en consecuencia, al feto. Pero también se les aconseja que no toquen algunos animales, en especial los gatos.

Desde hace muchos años se suele decir que “los gatos provocan abortos” o que “los gatos son asesinos de niños”. No hay que exagerar en absoluto las cosas hasta ese punto, pero sí conocer algunas recomendaciones para que no le pase nada a nuestro feto y el embarazo culmine con éxito.


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Existen cuatro grandes mitos sobre los gatos y las embarazadas

 
 
1.- Los gatos son sucios
No se puede generalizar a toda una especie por culpa de las personas. Los gatos son como los seres humanos, depende de cada uno es más o menos limpio, y eso depende en gran medida de sus dueños. Si los dueños se preocupan en desparasitarlo, mantenerlo en unas condiciones higiénicas razonables, darle una buena alimentación, tener las vacunas al día y demás cuidados que necesite, el gato no se criará como un animal sucio. Todo lo contrario, son generalmente muy limpios.

2.- Los pelos de gato son peligrosos

Existe una historia popular, la de la Tía Ema, que decía que tras convivir con un gato tuvieron que extirparle una bola de pelos con la que se podría haber tejido un chaleco. Claramente esto no puede pasar, a no ser que nos dedicamos a lamer el cuerpo de nuestro gato.

Pero sí que es verdad que el pelo de los gatos puede producir asma y reacciones alérgicas. Ambas están relacionadas, pero afectan entre un 11% y 15% de la población, y sus efectos no suelen ir más allá de algunas molestias.

Si se trata de un caso grave, la persona debería tomar medida especiales o incluso abstenerse de tener gatos, y no sólo durante el embarazo.

3.- Los gatos son peligrosos para los niños

Es una afirmación totalmente falsa, ya que toda mascota que entra en el hogar es un miembro más de la familia, y por eso quiere y extraña, pero si se le aparta a un lado por la llegada de un bebé también se sentirá desplazada y podrá sentir celos. Por tanto, la recomendación es seguir dándole amor como hasta el momento.

4.- Los gatos transmiten enfermedades para el feto

Los gatos, igual que otros muchos animales, suelen ser son portadores de un protozoo, el Toxoplasma Gondii que deriva en una enfermedad llamada toxoplasmosis. Es una enfermedad infecciosa que provoca daños congénitos como ceguera o daño cerebral.

Esta enfermedad es bastante difícil de detectar ya que sólo un 10% de mujeres infectadas tienen síntomas perceptibles (inflamación de las glándulas, fiebre, dolor de cabeza, dolores musculares o cuello rígido), por ello es recomendable hacerse un análisis en el momento que se quiera quedar embarazada o cuando ya se está.

Los gatos son portadores de este parásito cuando comen animales pequeños que han cazado o carne cruda infectada, así el parásito pasa a las heces del gato y, como él no enferma, es posible que no sepamos si nuestro animal tiene el parásito o no. Si la madre se infecta, es por la sangre, y se puede transmitir a través de la placenta al bebé por nacer, lo que puede provocar la pérdida de audición, retraso mental y cegera, aunque también se pueden desarrollar problemas en el cerebro o en la vista años después del nacimiento.

La toxoplasmosis es contagiosa si se manipulan las heces del animal que tienen más de 24 horas de deposición y que pertenezcan a un gato que elimine toxoplasmas activos (tan sólo el 2% de la población felina).


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Siguiendo unos consejos para embarazadas, es complicado que se expongan al toxoplasma

  Intentar que otra persona limpie la caja de arena higiénica y, si no, usar guantes desechables y lavarse las manos cuidadosamente con jabón y agua tibia después de hacerlo.

 -Cambiar la arena cada día.
 -Usar guantes si se realizan trabajos de jardinería, ya que los gatos pueden haber dejado heces allí.
 -Alimentar al gato con pienso o comida de casa.
 -Intentar que el gato no salga de casa.
 -Lavarse las manos cuidadosamente antes de comer y después de entrar en contacto con carne cruda.
- Evitar frotarse los ojos o cara al preparar la comida y limpiar bien la superficie donde se trabajó.
 -Evitar comer carne o ave cruda o poco cocinada y frutas o vegetales sin lavar, huevos, leche sin pasteurizar y jamón serrano.


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Es más fácil que un gato aporte más cosas positivas que negativas a tu embarazo, ya que los gatos son animales protectores del hogar y de nuestras energías; él sabe cuándo estás embarazada y te ayuda a equilibrar tu energía y además trabaja con tu bebé. Les suele gustar dormirse sobre la barriga de la embarazada, mullirla y ronronear, algo que es muy beneficioso para ti y para tu bebé, además de ser una experiencia única y muy beneficiosa.
facilísimo.com

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