lunes, 13 de enero de 2014

La importancia del juego para el perro

 
La importancia del juego para el perro
 
El perro es un animal social que necesita jugar para crecer, madurar y aprender. El juego es una actividad esencial que le ayudará a desarrollarse intelectualmente y emocionalmente, pues gracias a él conocerá mejor su entorno y a los seres que lo conforman.

A los perros les encanta jugar con sus congéneres y con sus amigos humanos. Es una necesidad que surge a las 3 semanas de nacer y dura toda la vida, porque aunque en la vejez esta actividad desciende, nunca cesa.

Gracias al juego los perros comprenden mejor su entorno, conocen el funcionamiento de las cosas, aprenden a respetar a los demás, a seguir unas reglas básicas de conducta… Jugando aprenden a controlar su fuerza y sus instintos, a reaccionar adecuadamente ante los estímulos que surgen a su alrededor. Se socializan, se adaptan al entorno y desarrollan importantes habilidades y destrezas que pueden ayudarle a mejorar su vida.

Por otro lado, el juego es la mejor manera de que hagan ejercicio, se desahoguen y desprendan toda la energía acumulada. En caso de que esa energía no se libere, puede generar serios problemas de estrés y ansiedad o convertir a nuestra mascota en un animal destructor, violento…

Además, jugando con tu perro reforzarás el vínculo que hay entre ambos, favoreciendo la convivencia y el respeto mutuo.

¿Por qué juegan “mordiendo”?

Es habitual ver a los perros jugar entre ellos dándose pequeños mordiscos. Cuando esto ocurre no debemos alarmarnos, pues para ellos es sólo una forma de jugar y socializarse. La boca es la herramienta principal de los perros y la utilizan para todo, por eso les gusta jugar con ella, morder sus juguetes, zarandearlos, tirar de ellos…

Además, cuando son cachorros, morder les ayuda a conocer todo lo que los rodea, la curiosidad les empuja mordisquear cualquier cosa que encuentran a su alrededor, incluso las manos del dueño. No podemos corregir esta conducta, pero debemos educarle para que aprenda a contener la fuerza de sus mordiscos y no lo haga de forma descontrolada. Para ello, tendremos que proporcionarle juguetes específicos, como mordedores, y enseñarle a utilizarlos.

¿Cómo debo jugar con mi perro?                                                                      

Recuerda que jugando podemos enseñarle disciplina y respeto. Por eso, cuando sea cachorro debemos aprovechar los momentos de juego para educarlo y mostrarle que nosotros tenemos el control. No debemos permitir que se imponga y haga lo que se le antoje, porque a largo plazo eso puede generar problemas de convivencia y obediencia.

- Cuando vayas a darle un juguete lánzalo al aire, si se lo das a la boca puede interpretar que te lo ha quitado de las manos y que él tiene el control.

- Muéstrale que el juego termina cuando tú deseas.

- No vayas detrás suyo para quitarle un juguete, debes enseñarle a que te lo traiga o a que sea él quien te persiga a ti.

- Si jugáis al “tira y afloja” con un juguete, debes ser tú quien lleve la voz cantante y quien consiga quedarse con el objeto, o de lo contrario pensará que él es más fuerte y que puede contigo.

- Si observas que adopta una actitud violenta o demasiado temperamental, interrumpe el juego.

- Para jugar tranquilamente llévale a un lugar apartado de la ciudad y de la carretera, donde tenga una buena extensión de terreno para poder correr y brincar libremente, sin peligros. Un ambiente relajado y al aire libre aumentará su satisfacción y la posibilidad de poner en práctica sus habilidades sin impedimentos.

- Si ves que tu mascota siente devoción por un juego en especial deja que lo practique. Algunos perros sienten pasión por el frisbee, otros adoran correr a por una pelota… Si se trata de un perro muy activo puedes probar con actividades como el agility, canicross, bikejöring…

Fuente: http://www.hogarutil.com





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